jueves, 18 de octubre de 2007

Alejandro Simonetti: Preguntas sobre constitución de la subjetividad (segunda parte)

ageforo“Cuando hablamos de núcleo de identidad, hablamos mucho de nuestros inmigrantes y cómo influyeron en nuestra historia de argentinos, en nuestra cultura, etc. Mi pregunta es:¿qué pasa hoy con este fenómeno de la globalización, donde parece que estamos más interactuados e influidos por otras culturas, otros valores, otros acontecimientos?, ¿qué pasa con ese núcleo de identidad?, ¿se modifica, se está modificando?”.

En el gráfico del redondel y los cuatro palitos, simplifico mostrando cómo entra un palito nuevo y provoca un remolino de palitos en fuga o aproximación, una desestructuración que obliga a todos los palitos a repensar su posición en el sistema, una crisis como las que conocemos en nuestra vida personal, familiar o de país. La crisis siempre pone a prueba nuestro núcleo de identidad, personal o cultural.
Pichon viajaba a Tucumán a hablar de transferencia y veía en los campos norteños extraños cebúes importados de la India y se preguntaba cómo digería el imaginario social tucumano esa vaca con joroba, ese raro bicho que no habían conocido sus abuelos. Y al llegar a Tucumán y hablar en la Facultad sobre la transferencia, se puso a hablar sobre el cebú y los psiólogos pensaban que se había vuelto loco: no, estaba repensando sus conceptos desde esa extraña realidad que revolvía la fantasmática de un pueblo. ¿Qué fantasías se transferirían a esa enigmática modificación del contexto ecológico, que monstruos internos se asociarían a ese animal?. Pero lo nuevo del cebú no caía, en Pichon, en un espacio vacío: era recibido por un psiquismo organizado por una teoría, una red de núcleos teóricos en los que esa realidad nueva era examinada desestructurando la red teórica para hacerle lugar e intentando desestructurar los testimonios de las personas que vivían esa experiencia para intentar comprenderlos y ayudarlos a pensar.
Globalización, postmodernismo, caída del muro, caída de las torres gemelas, internet, enfrentamientos yanquis con el mundo árabe, droga en todos los ámbitos bonaerenses, violencia entre adolescentes, embarazos precoces, todos esos impactos golpean de una manera en alguien que se ha apropiado de su núcleo de identidad cultural y de otra manera en alguien desorganizado y a merced de modelos eurocéntricos que le impiden percibir su propio país y región y la manera de digerir en ellos esos impactos.
Inevitablemente, eso que nos hace ser como somos se va modificando a través del tiempo, pero lo deseable es que no vivamos en la crisis continua de no saber quiénes somos, sino en una hipótesis de país y de región que nos haga capaces de examinar todo lo nuevo, desestructurarlo y desestructurar nuestro núcleo para hacerle lugar a lo nuevo sin perder nuestro estilo, nuestra manera de ser en nuestro contexto, nuestra autoestima para saber nuestras cosas buenas y nuestra autocrítica para reconocer nuestras carencias.
Con la apertura con que Pichon pasaba cada tanto por la librería Fausto y examinaba todos los libros que llegaban de Europa y Estados Unidos, no para cambiar de ECRO como quien cambia de camisa, sino para ver qué de lo nuevo podía serle útil para aliviar el dolor de sus pacientes y aumentar el conocimiento de sus alumnos. Teniendo un núcleo teórico, es más fácil integrar lo teórico nuevo. Teniendo un núcleo de identidad cultural claro, es más fácil hacerle lugar al chino, al boliviano, al coreano, al paraguayo que llegan a la Argentina y piden un lugar para sus hijos

“¿Cómo se puede ir preparando uno para ser un buen auxiliar con otro sujeto?”.

Auxiliar es uno de los lugares que uno asume o adjudica a otro en el proceso de satisfacción de las necesidades, como el lugar de modelo, de objeto o de rival. Nuestros modelos internos nos llenan de mandatos maternos y paternos sobre cómo es el lugar del auxiliar, de acuerdo a la cultura de cada familia: ¿cómo es un auxiliar, de acuerdo a los modelos de mi familia?: ¿un auxiliar es asfixiante, es excesivamente distante, abandónico o es operativo y promotor de libertad?... Conocer los propios modelos reflexionando sobre nuestra historia de aprendizaje, nos va preparando para repetir los modelos operativos, evitar los disfuncionales y encontrar nuestro propio estilo, nuestro núcleo de identidad personal en el lugar del auxiliar.

“¿La movilidad más continuidad se puede realizar en un contexto social hostil?, ¿cómo?”.

Los ataques ponen en peligro la continuidad de nuestros núcleos de identidad y nos hacen saltar de defensa en defensa, haciéndonos más vulnerables o por el contrario nos llevan a la conservación estereotipada de nuestra continuidad, manteniendo aún lo que debería ser cambiado: por eso la hostilidad no es el mejor ambiente para mantener esa dialéctica de continuidad y cambio. Pero, si es el medio que nos tocó en nuestra infancia, cuando no podíamos elegir, vamos a tener que hacer algo con ese contexto que, nos guste o no, es el nuestro: seremos lo que podamos hacer con lo que nos hicieron.

“¿Porqué las interacciones se complican casi siempre por la dialéctica?”.

¿Qué quiere decir que se complican?: ¿qué se hacen más complejas?. En ese sentido es cierto: la dialéctica, el hecho de que todo tenga su parte y su contraparte, su pro y su contra, etc. hace la realidad más compleja que si todo fuera blanco o negro, con una sola causa, etc. Pero esa realidad más simple no sería la realidad, sino una fantasía nuestra. Para manejarnos con la realidad “verdadera”, que parece ser contradictoria y compleja, la dialéctica no es una complicación, en el sentido de una dificultad, sino una herramienta útil para enfrentar una realidad que también es dialéctica, por lo que vemos.

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